Tristemente estamos en una sociedad en la que el empresario aún no está bien visto. La realidad que en la actualidad atravesamos los empresarios es una situación de enorme dificultad que, además, se ve agravada con decisiones del Gobierno de España contrarias y perjudiciales a los intereses empresariales. Unas decisiones que tampoco van encaminadas a favorecer a los ciudadanos. Y deterioran y asaltan a las instituciones, incluida la Corona.